El Río Bravo, que se extiende por 3.000-km, es el quinto río más grande de Norteamérica y el vigésimo cuarto río más grande del mundo. También el Río Bravo es una frontera principal entre México y los Estados Unidos. Es central al patrimonio cultural y la historia de la frontera de ambos países, con una cuenca de 467.000 km2 que se ensancha por cinco estados de México (Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Durango) y tres estados de los EEUU (Colorado, Nuevo México, Texas). El Río atraviesa tres regiones ecológicas (Las Montanas Rocosas del sur, el Desierto de Chihuahua y el ThornScrub de Tamaulipas), exhibiendo un mosaico de hábitats, incluyendo bosques ribereños, marismas, pantanos de sal, fuentes de agua dulce y scrubland en las regiones de las montanas, desierto y costa. El valle del Bajo Río Bravo es considerado uno de las regiones más diversas en términos de biodiversidad en el mundo, con millones de pájaros migratorios que vistan para alimentar y descansar ahí durante la migración estacional.
Esta cuenca internacional es el área que está creciendo más rápidamente en los dos países; 90% de la población de la frontera reside en 14 ciudades hermanas interdependientes. El índice de crecimiento anual en la mayoría de las ciudades de la Cuenca excede 3%, con la Cuenca del Bajo Río Bravo enfrentando un aumento de población predicho de 175% entre 2000 y 2050. Hay actividad significativa de agricultura en los dos lados de la frontera. El lado mexicano ha tenido una proliferación de maquiladoras, asociadas con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), estimulando migración del interior del país a la frontera. Debido a estos factores, el Río Bravo es un río en desorden. Aunque un tratado de 1944 entre México y los Estados Unidos controle las cuotas de agua en la parte internacional del Río Bravo, la habilidad el río aguantar una gama de necesidades físicas, sociales y económicas y a la vez mantener ecosistemas importantes, está sendo abrumada. Abstracciones excesivas de agua (96% del corriente media anual del río ha sido repartido) son exacerbadas por otros factores, incluyendo diversiones de agua, índices altos de evaporación, sequías persistentes, especies invasoras, biodiversidad terrestre y acuático sensitiva, cambios en el uso de tierra agrícola y urbana y dislocaciones sociales.
La necesidad de compartir y utilizar los recursos hídricos transfronterizos del Río Bravo de una manera sostenible está al meollo de este proyecto. Por consiguiente, este proyecto está dirigido al desarrollo de un marco exhaustivo y participativo para la gestión coordinada de la Cuenca del Río Bravo por sus usuarios primarios, particularmente para facilitar uso eficiente de agua en toda la cuena. Los factores socioeconómicos influyendo el sustento de los habitantes de la cuenca, particularmente la población pobre y baja representada, son integral a tales metas, específicamente con respecto a la maximización de los beneficios transfronterizos. También hay que considerar el patrimonio natural de Río Bravo, que es único en el mundo. A pesar de su biodiversidad extensiva, la cuenca también contiene muchas especies en peligro de extinción y amenazadas. Más que 95% de la hierba en la Baja Cuena se ha convertido al uso agrícola o urbano desde los 1920s, y quedan pocas comunidades naturales. Proyectos de desarrollo acuático han perturbado los regimenes naturales de corriente, afectado pantanos y su fauna acuática, y degradando comunidades nativas de plantas ribereñas.
Contra esta historia, una limitación significativa al uso sostenible de agua del Río Bravo está en el hecho de que los dos países tienen obligaciones del tratado para repartir cuotas especificas de agua un al otro, en localizaciones diferentes en la cuenca, lo cual complica bastante el uso integral y integrado del río. También hay fragmentación legal e institucional de autoridad en la gestión de agua en la cuenca, porque el agua del Río Bravo está gobernada por una abundancia de tratados desconcertantes, compactos entre estados, proyectos de reclamación, derechos hídricos y contratos que son implementados por una gama de agencias gubernamentales al nivel institucional, nacional, estado y local. Estas instituciones, y un número aun mayor de organizaciones privadas (p. ej. distritos de irrigación, componen un grupo grande de partes interesadas diversas que tienen que ser involucradas en transformando el actual sistema fragmentado a un proceso integrada de tomar decisiones. Aunque una parte de la resolución está en coordinación mejorada entre organizaciones al los dos lados de la frontera, esta meta continúa difícil y elusiva entre los dos países. Una falta de comunicación efectiva entre las comunidades que usan el agua y los otros grupos interesados dificulta la meta del uso sostenible del río también. Todos juntados, estos factores aseguran un enfoque gradual a la gestión de este sistema acuífero transfronterizo importante.
Construyendo encima del marco existente legal entre México y los Estados Unidos, este proyecto esboza un enfoque de dos fases de diagnosis y acción dirigidas al desarrollo de un marco exhaustivo y participativo para la gestión coordinada del Río Bravo por sus partes interesadas. Este enfoque es consistente con el Análisis de Diagnóstico Transfronterizos (ADT) y los protocolos de formulación del PEA del área focal del FMAM. La dependencia de la diversidad biológica de la Cuenca en la condición y sostenibilidad del Río Bravo dicta que esta biodiversidad también tiene que ser considerada adentro del contexto del PEA final del uso sostenible del río. Dado la extensión espacial grande y los problemas en la Cuenca del Río Bravo, y los dinámicos sociales complicados de los habitantes de la Cuenca, obteniendo estas metas del proyecto representa una contribución significativa a la gestión ambiental y social de este recurso hídrico transfronterizo.
El Plan Estratégico de asociación para desarrollo integral incluye lo siguiente:
Los objetivos del proyecto son varios. El proyecto intenta: (i) contribuir a la protección y uso sostenible de los recursos terrestres y hídricos transfronterizos de la Cuenca del Río Bravo dentro del contexto de un enfoque integrado y basado en ecosistema a la gestión de recursos hídricos; (ii) criar un plan de gestión binacional dedicado a los problemas humanos y ambientales serios enfrentando este sensitivo sistema transfronterizo y maximizar sus beneficios transfronterizos para los habitantes de los dos países ribereños, México y los Estados Unidos; (iii) proteger la biodiversidad de la cuenca de una manera coordinada y coherente; y (iv) promover la gestión coordinado del Río Bravo por partes interesadas participantes con respecto a la elaboración de un PEA, para que los recursos hídricos transfronterizos de la cuenca puedan ser utilizados de manera sostenible. El PEA tiene la intención de criar los mecanismos socioeconómicos y políticos necesarios para implementar el programa del plan de acción y engendrando las reformas necesarias.
El río Bravo o río Bravo del Norte, nombrado de ese modo en México, o el llamado río Grande en Estados Unidos, tiene una longitud de 3 034 km, y riega un área de 607 965 km² (análoga a la medida superficial de países como Botsuana o Ucrania).
En el marco de la geografía administrativa, recorre sendos territorios de los estados estadounidenses de Colorado, Nuevo México y Texas y por los estados mexicanos de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.
El 11 de septiembre de 1997 el presidente Bill Clinton designó este río como uno de los catorce que integran el sistema de ríos del patrimonio