El río Orinoco es uno de los ríos más importantes de América del Sur que discurre mayormente por Venezuela. Es el cuarto río sudamericano más largo —2800 km si se considera el sistema Orinoco-Guaviare y 2140 km solo— y, con un caudal promedio de unos 33 000 m³/s, es el tercer río más caudaloso del mundo, después del Amazonas y del Congo. La cuenca del Orinoco tiene una superficie de casi 989 000 km², de los que 643 480 km², es decir, el 65%, quedan en territorio venezolano y el 35 % restante en territorio colombiano.
El río Orinoco y particularmente su delta, fue descubierto para los europeos por el conquistador español Diego de Ordaz, quien también fue el primer europeo en recorrerlo.
El nombre del río proviene del otomaco Orinucu.1
Según Alejo Carpentier, «el Orinoco es una materialización del tiempo en las tres categorías agustinianas, tiempo pasado (el tiempo del recuerdo), tiempo presente (tiempo de la intuición) y tiempo futuro (tiempo de la espera)».
Aunque la desembocadura del Orinoco en el océano Atlántico fue documentada por Cristóbal Colón el 1 de agosto de 1498, durante su tercer viaje, su nacimiento en el cerro Delgado Chalbaud, solamente fue explorado por primera vez por los no indígenas en 1951, 453 años más tarde. La fuente, localizada en la frontera entre Venezuela y Brasil, a 1047 m de altitud (02°19'05?N 63°21'42?O), fue explorada en 1951 por un equipo conjunto franco-venezolano.
El delta del Orinoco y sus afluentes en los llanos orientales, como el Apure y Meta, fueron explorados en el siglo XVI por expediciones alemanas dirigidas por Ambrosius Ehinger y sus sucesores. En 1531, Diego de Ordaz, partiendo de la corriente principal en el delta, la Boca de Navios, remontó el río hasta su confluencia con el Meta. Antonio de Berrio navegó aguas abajo por el Casanare hasta alcanzar el Meta, que también descendió hasta llegar luego al Orinoco, que continuó de regreso a Santa Ana de Coro.
Alexander von Humboldt exploró la cuenca en el año 1800, informando sobre los delfines rosados de río, y publicando extensamente sobre su flora y fauna
Desde el comienzo del proceso de ocupación y fundación de los pueblos durante los siglos XV, XVI, XVII y XVIII en Venezuela; estos han mantenido un mismo esquema de poblamiento. Este crecimiento se manifiesta particularmente, en la zona centro- norte del país en especial en la región Capital y en el Estado Miranda los cuales presentan síntomas de la explosión demográfica, insuficiencia de servicios públicos. Por otro lado, la problemática del transporte y la vinculación de los espacios y circuitos intra-regionales para los distintos tipos de actividades (turísticas, económicas, sociales, culturales, etc.). En éste trabajo de investigación se aplicará el enfoque Geohistórico, el trabajo de campo y las fuentes documentales en el aspecto metodológico. El Eje Orinoco-Apure, se inicia durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez en año 1973-1978 promovido por el Gobierno Nacional y luego es dejado sin acción, hasta el año 1999-2000, momento en el cual es retomado como plan bandera por el actual Presidente de la Repú
blica Hugo R. Chávez Frías para unir a Venezuela de este a oeste a través de un eje fluvial, que pretende además contribuir con la desconcentración de población de la zona Capital y Central; también pretende impulsar el desarrollo socioeconómico del país. La intención es establecer la interconexión entre los espacios potencialmente productivos, de modo que se puedan apuntalar bases sólidas para enfrentar con posibilidades de éxito los retos propios de la globalización. Esta investigación está centrada en el estudio del Eje Orinoco-Apure y su área de influencia geoeconómica; y pretende investigar qué ocurre; qué está pasando en este espacio; sus problemáticas, logros, oportunidades de desarrollo y soluciones a los diversos problemas que conforman el llamado Eje Orinoco-Apure.
Descriptores: Eje Orinoco-Apure, Desarrollo Endógeno, Globalización, Interconexiones, Desconcentración de Población, Desarrollo socioeconómico.
Dentro del contexto del ámbito geohistórico, se abordará el eje Orinoco-Apure y su área de influencia geoeconómica como objeto de estudio de esta investigación.
Si bien es cierto el eje Orinoco-Apure requiere de varios lustros para su desarrollo. Es de resaltar su importancia estratégica y geoeconómica para seguir postergando su materialización pues no existe tal justificación. La puesta en marcha de este eje permitirá aprovechar los fabulosos recursos naturales y reducir los desequilibrios de la zona central del país, generados por su excesiva concentración de población urbana e industrial.
En otro sentido tanto el río Orinoco como el Apure representa, un bastión tanto en el sentido histórico, geográfico, estratégico, hídrico, comercial, fluvial y de otro tipo que se encuentran en este eje. De lo expuesto anteriormente quiero circunscribir o dar un bosquejo sobre la idea central objeto de estudio; momentos y situaciones sobre la problemática o posibles soluciones que pueda aportar el eje Orinoco – Apure y su área de influencia geoeconómica.
El eje Orinoco – Apure surge con el nombre de Plan Nacional de Desarrollo Regional durante el periodo (1973 – 1978), en el primer mandato del Señor Carlos Andrés Pérez, como Presidente de la República de Venezuela. Este promulga un decreto en La Grita "Estado Táchira" para el desarrollo del eje fluvial. En ese momento comienza este plan, auspiciado por el Ministerio del Ambiente de los Recursos Naturales Renovables y No Renovables (actual Ministerio del Ambiente) y la oficina Proyecto Orinoco – Apure.
En el mandato del Dr. Jaime Lusinchi, (1984 -1989), específicamente en el año 1986, cuando se da inicio a la apertura del ansiado proyecto del eje fluvial Orinoco – Apure, con más de 1150 Kilómetros, que comprende los estados; Apure, Barinas, Guárico, Anzoátegui y Bolívar con influencia directa hacia Portuguesa, Monagas y Delta Amacuro.
Este eje comienza con la creación por parte del Estado Venezolano de tres puertos fluviales: Guasdualito, Santo Luzardo, Puerto Nutrias, población del mismo nombre, ambos en el estado Barinas y el Puerto de San Fernando de Apure.
El eje Orinoco – Apure tiene como objetivo fundamental la estructuración de un eje de desarrollo en el área de influencia inmediata de los ríos Orinoco y Apure, a través de la identificación, promoción y ordenamiento de una serie de actividades productivas y sociales capaces de generar un significativo proceso de ocupación territorial y servicios.